El armario
Cuando se murió mi abuela, mi madre y mi tía me encargaron desmantelar la casa familiar. Mi abuela murió con 90 años, vivía sola y feliz. Su mundo en los últimos años se había reducido a la casa, una casa que había sido también la de sus padres. Mi bisabuela se había casado muy joven con un hombre, belga, 15 años mayor que ella. Armand Therry, un hombre adinerado gracias a un negocio relacionado con el caucho. Pero, sigamos con el encargo que me realizaron mi madre y mi tía. Si bien la casa había pasado por diversos cambios de mobiliario, todavía quedaban algunas piezas muy antiguas y que ahora debíamos desarmar. Yo fui la elegida ya que mi novio era restaurador de muebles a ratos libres y montador de armarios como profesión. De entre todos los muebles, los de dimensiones más grandes eran una cama y un armario. Con la cama fue fácil, el armario era otra cosa…. Con cariño, Roger y yo misma fuimos desarmando poco a poco todas las piezas. Y lo sorprendente fue encontrarnos en
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