¿Y ahora qué?



Cuando me enfrenté a él, negó que lo hubiera dicho. Su respuesta, como si nada pasara, me provocó una reacción un tanto violenta. ¿Cómo era posible que fuera tan cínico?  ¿Acaso pensaba que yo era estúpida o sorda? Lo peor era que me lo había comentado tan solo hacía media hora. Ante mis improperios, él se quedó callado, me miraba al tiempo que hojeaba el periódico. Pasados unos instantes, abrió la boca de nuevo y me comentó que esa tarde iría a ver a sus padres. Eso sí que me dejó helada, ¡pero si estaban muertos ¡ ¿Qué te pasa Pedro? ¿Te encuentras bien?

El drama o no tan drama empezó ese día. A partir de su negación todo entró en una vorágine que no pude dominar. Pedro hablaba, pero su momento ya no era el del resto del mundo; su cerebro había retrocedido 10 años atrás. Su mundo y el mío ahora irreparablemente se habían separado; el tiempo nos separaba y yo no conseguía encontrar ningún resquicio por el que colarme en su retroceso.  Un día me confesó que me encontraba rara, incluso se atrevió a decirme que, teniendo en cuenta mi edad (él pensaba que 10 años menos), estaba fatal físicamente, me veía arrugada, tenía barriga; en definitiva, que parecía mayor y que mejor haría dedicándome un poco a mí misma y cuidándome más.
El tiempo, sin embargo, seguía avanzando a ritmos diferentes; el mío entroncado con la realidad, el de Pedro colándose en una línea que siempre iba a 10 años de distancia del momento actual. La verdad es que vivir al lado de un Pedro rejuvenecido no estaba tan mal. Tenía otra vez energía, volvía a hacer ejercicio y a participar en carreras, volvía a hacer planes para cambiar de vida, volvía a mirarme como antes. ¿De qué podía quejarme? ¿De qué estuviera un tanto desajustado? ¿No es acaso la vida un hilo enredado que va y vuelve en todas las direcciones?

Así es que tomé una decisión. Ahora aquí me tienes vistiendo una moda de hace 10 años, buscando películas de reposición y hablando poco de lo que ocurre en el mundo, para qué, si la historia siempre se repite. Sin embargo, la nuestra no, no se repite. Estamos mejorando los últimos años que vivimos, para Pedro todo es nuevo, para mí es una oportunidad única de que todo, todo, sea diferente.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Beatriz

Las canas